Método Montessori
·
Vida Práctica
El Método Montessori se
divide en 5 áreas, es decir los materiales que emplea este método son distintos
y por ello se separan en distintos rubros. En primer lugar está el área de vida
práctica.
En el aula Montessori los niños
son atraídos primero hacia el área de los ejercicios de Vida Práctica, ya que
estos materiales se les hacen muy familiares a los objetos que pueden encontrar
en experiencias cotidianas de la vida, o en su hogar.
Esta área está diseñada para
invitar al niño a actuar y trabajar en ejercicios de la vida real, los cuales
apoyan su orden, coordinación, concentración y un sentido de independencia
personal. Muchos de estos ejercicios fundamentales son necesarios para que el
niño pueda vivir confortablemente en el mundo del adulto.
A través de los ejercicios
de Vida Práctica, los niños desarrollan su auto-estima, seguridad y atención
para el dominio de las demás actividades más avanzadas del salón de clases
Montessori.
Ésta área se divide en:
Cuidado de la persona: aquí
se encuentran trabajos como lustrar zapatos, lavarse las manos, sonarse la
nariz, lavar ropa, marcos de vestir, doblar telas, ponerse un abrigo, etc.
Cuidado del ambiente:
recortar, barrer y lavar el piso, pulir metales, bordar, limpiar una mesa,
pelar frutas o verduras, cocer botón, transportar agua con una esponja o
gotero, entre otras actividades.
Gracia y Cortesía: saludar a
alguien y despedirse, observar y respetar el trabajo de los demás, esperar en
su sitio al guía, cómo caminar por el salón (sin correr), modales en la mesa,
esperar su turno, estrechar las manos, pedir perdón, permiso y por favor, dar
las gracias, modular la voz, recoger objetos en el piso, etc.
Línea: el objetivo es que el niño tenga un mejor control motriz y desarrollo de actividades en grupo. La línea es empleada para ejercicios de movimiento y balance, y para reunirse en conversaciones, cuentos, entrada y salida. Se usa para experiencias positivas y agradables.
Juego del Silencio: escuchar
los ruidos del ambiente, observar un objeto, silencio corporal, ubicación
espacial del ruido que se escucha, reconocer timbres de voz, reconocer el ruido
del medio ambiente, cerrar los ojos y la relajación.
Los ejercicios de vida práctica
son actividades que el niño ve que los adultos realizan en su casa y por esta
razón está familiarizado con ellos. Se ha dividido en 2 grupos: Cuidado
del medio ambiente y cuidado de sí
mismo. Las edades comprendidas entre los 2 y 4 años y medio son las adecuadas
para estas actividades ya que es la edad en la cual se manifiesta la necesidad de imitación de
los adultos.
-Cuidado del ambiente: aquí
les podemos proporcionar actividades como mover una silla, una mesa; colgar
prendas de vestir en un perchero; abrir y cerrar puertas y ventanas, cajones,
candados; doblar servilletas en triángulos, cuadrados, rectángulos; verter
agua, arroz, lentejas; lavar y secar una mesa, silla; lavar los utensilios de
la cocina como ollas, platos, vasos, tazas, cucharas; sacudir el polvo con un paño o plumero;
barrer con escoba; brillar objetos de metal;
poner la mesa y ayudar en la cocina moliendo el café; trabajar en el
jardín recogiendo frutas y verduras, arrancando malas hierbas, recogiendo hojas
secas; dar de comer a los animales gallinas, peces. Para facilitar la ejecución
de estos ejercicios se recomienda tener escoba y la pala a la medida del niño,
una jarrita, un cubo pequeño, un sitio para lavar, un bol pequeño, una pequeña
regadera, delantal de goma, un cestito, bandeja.
A continuación voy a
describirles cómo se lleva a cabo la presentación de un ejercicio, recordemos
que nosotros NO enseñamos, el niño APRENDE. Lo que si hacemos es
proporcionarles materiales, espacios y experiencias positivas para que ellos
puedan desarrollar al máximo su potencial. Veamos dos acciones concretas sobre
el cuidado del ambiente.
MOVIENDO UNA SILLA:
Demuestre usted, sin palabras, como se realiza la acción
Invite el niño a realizar el
ejercicio
1- Parece detrás de la silla
2- Dóblese hasta que pueda
tomar la silla con sus manos
3-Tome la silla con las dos
manos.
4-Levantela ligeramente del suelo.
5- Corrala hacía atrás,
dejando espacio suficiente entre la silla y la mesa
6- -Póngala
en el suelo lentamente, empezando por la pata posterior más cerca a
usted, después la más alejada y luego las dos patas delanteras.
7- La silla ha de ponerse de
nuevo debajo de la mesa, tome con las dos manos el respaldo, levante la silla
despacio, colóquela bajo la mesa comenzando por las patas delanteras y
siguiendo por las traseras.
Ahora, invite al niño a que
realice el ejercicio.
Recuerde que la repetición
es necesaria, anime al niño a repetir el ejercicio (en diferentes días) esto
hará que domine los ejercicios y así,
fortalecerá la confianza en sí mismo y la tolerancia a la frustración.
Puntos de interés: La silla
no debe tocar ninguna parte de la mesa.
Propósito: Control de movimiento, Ser consciente de sus acciones
Edad: 2 1/2 a 3 años
EJERCICIOS DE VERTER: Es una
actividad en la que le permite al niño se ejercitar la motricidad fina, el
control de movimientos y la coordinación ojo-mano. Al principio hágalo con
arroz, lentejas cuando el niño haya adquirido suficiente control, introduzca EL
AGUA. Se recomienda que el agua esté coloreada para facilitar a los niños la
comprobación de sus errores.
Los materiales son: 2
jarrita de vidrio, dos vasos, lentejas, frijoles, arroz y agua.
También son necesarios una esponja pequeña y un cubo. Los pasos a seguir
son estos:
Tenga un lugar dispuesto, al
alcance del niño, para guardar el material.
Invite al niño a realizar el
ejercicio
Muéstrele dónde está el
material.
Tome usted el material y
llévelo a la mesa en donde van a realizar la actividad.
Indique al niño que se
siente a su izquierda si usted es
derecha y si no al lado contrario para no obstaculizar la vista del niño.
Siempre ponga los materiales
de derecha a izquierda, en el orden en el que se van a utilizar.
1-tome la jarrita con la
mano
2-antela y póngala sobre del
vaso sin tocarlo
3-Vierta lentamente, el
arroz (o el agua) hasta la línea fijada
4-Seque la última gota que
quede en el pico
5- ponga nuevamente la jarra
sobre la bandeja
6- invite al niño a hacer el ejercicio.
Una vez terminada la
actividad, muéstrele al niño donde se guarda el material.
Usted puede incrementar el
nivel de dificultad cambiando los recipientes
Puntos de interés: La jarra
no debe tocar el vaso.
Propósito: Control de movimiento, Ser consciente de sus acciones,
coordinación ojo- mano.
Edad: 2 1/2
a 3 años
La importancia de la vida
práctica:
Movimientos elementales:

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